Entre tanta incertidumbre y ante un nuevo intento de Ellos por hacernos retroceder, una sola cosa sabemos: para nosotros, la vida es lucha. Ninguna victoria es total, nunca podremos sentarnos a descansar tranquilos. Dormiremos cuando estemos muertos, pero habrá otros que peleen en nuestro lugar. Por eso nuestra felicidad no es la del que llegó a donde quería y se queda quieto: para nosotros, como para Tolstoi, "la quietud es una cobardía del alma".
No sé si el 2011 nos encontrara bailando o peleando en la calle contra el gorilaje cacerolero (o tal vez haciendo ambas cosas). Lo que si sabemos es que jamas estaremos conformes porque siempre habrá espacio para mejorar la vida del pueblo.
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